sábado, 25 de diciembre de 2010

SOBRE LAS DIVISIONES DE LOS TIEMPOS






Breve introducción al tema:


  Desde los orígenes astrológicos el hombre ha tratado de correlacionar determinados ciclos y etapas de su vida con secuencias temporales reveladas en la observación de la naturaleza. El modo más primitivo de dicha correlación se llevó a cabo adjudicando por analogía específicas etapas de la existencia individual, y colectiva, a determinados fenómenos estelares. De esta forma, períodos de tiempo particularmente cualificados fueron establecidos en función de una determinada ciclología astronómica. Esto que los antiguos maestros suelen expresar como “las divisiones de los tiempos”, a diferencia de la evaluación dinámica de los ciclos planetarios definidos por sus tránsitos, supone un mayor grado de abstracción ya que aquí la adjudicación de períodos temporales es puramente simbólica. 

  Las secuencias de períodos planetarios más cercanas en el tiempo a nosotros las conocemos, como tantos otros saberes, gracias a los astrólogos árabes medievales. Estos, como herederos de la tradición persa y traductores de autores clásicos griegos, articularon eclécticamente diversos conocimientos con sabiduría. Por ello, entre otras cosas, logran manejar diversos sistemas de series planetarias. A diferencia del esquema presentado por Ptolomeo en su Tetrabiblos, en algunas de sus secuencias se intercalan los nodos lunares, definiéndose su disposición en algunas de ellas por el orden de los signos del zodíaco tropical que cada planeta rige. Estas en su conjunto reciben el nombre de Alfedrar y hoy, Escuela de Traductores de Sirventa mediante, podemos encontrarlas bajo la denominación de Fardariyas, o Fardarias.

  Las series de períodos han sido expuestas solo en algunas obras como las de Albumasar (Abu Ma`shar: 776/885 d.C.), Alí Ben Ragel (Alí Ibn Abi-l-Ridjal: 950d.C.) y Abraham Ben Ezra (1092/1167d.C.). Y digo “solo” porque, ante la evidencia histórica, podemos sospechar que los Arabes, a la luz de los diversos períodos y sub-períodos planetarios que manejan los pandits jyotish de India en su Jyotisha Shastra (ver:"Recursos predictivos de la Astrología Védica"), muy probablemente han contado con mas de cuatro formas de dividir los tiempos. Sabido es que en el medioevo los eruditos de ambas culturas mantenían contactos regulares los cuales podemos suponer, al menos como hipótesis de investigación, se hallaban basados en búsquedas afines tendientes a la restitución, desarrollo y amplificación de saberes atlánticos, mediterráneos y nilóticos sumamente primitivos. Y esto no es descabellado ya que Albumasar, conforme nos lo expresa J. Vernet en sus obras Kitab al Uluf y Kitab al Qiranat, donde trata los grandes y pequeños ciclos astrológicos, parece seguir muy de cerca al Indio Varahamihira. Respecto a esto puede verse como algunas piezas que han de haber sido parte constitutiva de aquellos conocimientos que fueran instaurados por los originales “Maestros de Heliópolis", con posterioridad, aún serían cultivados por los sabios de Tebas en los tiempos del Egipto Helenístico, subsistiendo allí de modo perspicuo hasta los albores de la cristiandad.

  En este sentido, tres calificadas evidencias pueden ser consideradas para corroborar las similitudes existentes en la estructura de las divisiones griegas tardías de los tiempos y lo planteado por Albumasar. En primer lugar, tenemos al taumaturgo y astrólogo neopitagórico Apolonio de Tiana (siglo I d.C.), quien utilizó el mismo orden para la secuencia planetaria presentada en su libro "Sobre los Planetas". En segundo término, y fundamentalmente importante, encontramos el orden planetario dado por Claudio Ptolomeo en su Tetrabiblos, conocido también como orden astronómico caldeo o griego, el cual es presentado como "de acuerdo con la naturaleza de la vida humana...", donde quedan establecidos 4 años para la Luna (infancia), 10 para Mercurio (pubertad), 8 para Venus (adolescencia), 19 para el Sol (juventud), 15 para Marte (adultez), 12 para Júpiter (madurez) y el resto para Saturno (vejez); curiosamente ordenados en un sentido inverso al que posee el Pequeño Fardar. Finalmente, en tercer lugar encontramos el orden planetario presentado por Varahamihira en su obra Brihat Jataka, bajo la denominación de Naisargika Dasa, o edades naturales, muy en sintonía a lo dado por Ptolomeo, pero sin correlación astronómica a primera vista reconocible. El orden de los períodos planetarios aquí es: Luna, Marte, Mercurio, Venus, Júpiter, Sol y Saturno, teniendo cada uno 1, 2, 9, 20, 18, 20 y 50 años de duración, respectivamente. 

  Por todo lo que se sabe es muy poco factible que Albumasar creara algo de esto, y seguramente sus fuentes inmediatas se basaban en obras indias y persas, como ya se ha indicado in supra que, a su vez, compilaban en buena medida la ya citada herencia astrológica helenística de raíz caldea y egipcia.



Bibliografía:

"Brihat Jataka".
Varahamihira - Kadalangudi Publications.

“Historia de la Astrología Occidental”.
Tester, Jim - Ed. Siglo XX.

"Tools & Techniques of the Medieval Astrologer – Book Two".
Zoller, Robert - Edición privada.





© 2010 Arq. Pablo M. Mauro
Reservados todos los derechos.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario